domingo, 11 de diciembre de 2011

Alegría a cuatro patas


Alegría a cuatro patas es lo que tienes cuando eres dueño de un perro. Eso, un montón de pelo, dos ojos inquietos, una contenta cola y amor, mucho amor.

Hay gente que no les gustan los perros o prefieren a los gatos. No me importa. Yo prefiero a un perro. A mi perro. A Ventu.

Vale, puede que sea pequeñajo y puede que no sea "Míster Perro de año" pero yo le adoro. Es lo más bonito que me ha pasado en esta vida y no quiero ni pensar que haría sin él. Es un pequeño revoltoso y en el parque, a las 7:45 am. me hace correr como una loca detrás de él... Pero yo le sigo queriendo mucho.

Adoro cuando se pone en su camita azul y empieza a hacerse el dormidito para que le deje un rato solo. O cuando viene por las mañana a lamerme la mano mientras me despierto. Pero sobre todo le adoro por ser otra excusa para estudiar un poco menos y poder salir más al parque...

En definitiva. Si fuera legal, me casaría con mi perro.

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